lunes, febrero 05, 2007

4º Informe IPCC: ¿Todo el mundo está de acuerdo?

Todo el impacto mediático que está teniendo la presentación del 4º Informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) ha puesto de relieve que no todo el mundo comparte sus afirmaciones. El grupo que integra a los que no están de acuerdo es muy heterogéneo y variado, y merece ser examinado de cerca, porque no pueden ser etiquetados por igual.

Los primeros que resaltan de este grupo de oposición son los que tienen intereses económicos que chocan frontalmente con las implicaciones que se derivan del informe. El caso más paradigmático de este primer grupo son las compañías petroleras, y en concreto la compañía petrolera ExxonMobil. El mes pasado, la estaunidense Union of Concerned Scientists (Asociación de Científicos Preocupados por el medioambiente) emitió un duro informe contra la petrolera ExxonMobil donde se especificaban las prácticas de desinformación que usa esta compañía para minimizar el calentamiento actual. Este informe lo podeis encontrar aquí. Hasta no hace mucho, las compañías eléctricas también estaban en contra, pero la previsible potenciación de la energía atómica como alternativa real a los combustibles fósiles, ha hecho que estas compañías sean favorables a tomar medidas a favor de controlar las emisiones de gases de efecto invernadero. La mayoría de las centrales nucleares están gestionadas por grandes compañías eléctricas.

Otro grupo menos evidente es el formado por científicos que no comparten las ideas de sus colegas. La ciencia no funciona todos a la una, monolíticamente, si no que siempre existen discrepancias. Es más, estas discrepancias son necesarias para que la ciencia progrese. La ciencia se nutre de la dialéctica, que surge de la discrepancia, y del sano escepticismo que genera toda interpretación de datos. Los sistemas naturales son tan extremadamente complejos que la ciencia sólo los puede abordar compartimentándolos, segmentándolos en fragmentos más digeribles y estudiando dichos fragmentos. Esto implica de muchos supuestos y simplificaciones. Conforme se va avanzando en el conocimiento de cada fragmento del sistema natural, se van integrando en un modelo más general y, cada vez más cercano a la realidad. Como buen sistema natural, el sistema climático de la Tierra es extremadamente complejo, y por tanto, requiere de mucho tiempo para ir comprendiendo todos los fragmentos que lo componen, como se organizan y como interactúan entre ellos. Y evidentemente, los datos nunca apuntan en una sola dirección ... con lo que admiten más de una interpretación.

Para mí, el caso más representativo es la reconstrucción de la evolución de la temperatura media de la Tierra durante los últimos 600 años que publicó Michael Mann en 1998 en la revista Nature. Esta reconstrucción estaba basada en el tratamiento estadístico de reconstrucciones de temperatura procedentes de anillos de árboles, los sondeos de hielo, registros históricos, registros de corales y registros meteorológicos instrumentales largos. Aquí podeis ver el artículo. esta reconstrucción muestra que la temperatura se mantuvo más o menos estable desde el año 400 hasta aproximadamente 1920. Desde 1920 hasta 1980 la temperatura experimenta un abrupto cambio de tendencia, incrementándose algo más de dos grados centígrados. Los autores atribuyeron el cambio de tendencia a los gases de efecto invernadero. En 1999, Michael Mann y dos coautores extendieron la reconstrucción de la temperatura hacia el pasado hasta cubrir los últimos 1000 años. Aquí podeis ver el artículo. La reconstrucción causó sensación, hasta el punto de convertirse en la piedra angular del tercer Informe del IPCC. Una vez pasado el primer impacto, no tardaron en salir voces discrepantes con la reconstrucción. Los dos autores que encabezaron las voces discrepantes fueron Steven McIntyre y Ross McKitrick. Las críticas se centraron en dos aspectos: el primero en la discrepancia de la reconstrucción de Mann con las evidencias instrumentales. Todos los científicos están de acuerdo con la existencia de un periodo cálido durante la Edad Media (lo que se conoce en la literatura científica como el Periodo Cálido Medieval) seguido de un periodo frío hasta justo finales del siglo XIX (la Pequeña Edad de Hielo). La existencia de dichos periodos ha sido puesta de manifiesto mediante infinidad de evidencias concluyentes. La reconstrucción de Mann no manifestaba estos dos periodos. La segunda está relacionada con el tratamiento estadístico de los datos. McIntyre y McKitric argumentaron que el método estadístico era erróneo y, como consecuencia, distorsionaba la parte más reciente (de 1950 a la actualidad) de la reconstrucción. Dicha distorsión provocaba que se hubiera exagerado la pendiente de la curva para estos 50 últimos años. Aquí y aquí os dejo los enlaces a los trabajos críticos de estos dos autores. Dicho trabajo generó una intensa polémica con argumentaciones a favor y en contra de la reconstrucción que podeis leer aquí, aquí, aquí y aquí. Dicha discusión sirvió para que otros científicos testearan el método de aproximación estadística que empleó Michael Mann para realizar su reconstrucción como, por ejemplo, el test que realizó Eduardo Zorita y colaboradores y que podeis ver aquí. Finalmente, se evidenció que la aproximación tenía ciertas deficiencias, por lo que en 2005, se descartó dicha reconstrucción. Si consultais el avance del 4º informe del IPCC vereis que ya no sale esta reconstrucción. Aquí, en uno de los blogs más antiguos sobre cambio climático [www.worldclimatereport.com], podeis leer toda esta apasionante historia con más detalle. Toda esta discusión científica permitió mejorar el tratamiento estadístico de los datos para realizar reconstrucciones más detalladas y más ajustadas a la realidad. Lo que no pasó
(ni ha pasado) es que se haya negado el actual calentamiento ni su relación con la actividad del hombre.

El tercer grupo se compone de elementos despistados que, autoinvestidos con la "toga científica", sólo generan ruido. Un par de ejemplos de este colectivo disidente pseudo-científico podrían ser esta página web o este blog. La página web utiliza la discusión científica que se generó alrededor para negar el actual calentamiento global. Investida de "profesionalidad" utiliza los datos a su antojo para negar una realidad demostrada de forma clara y tajante. El blog, titulado CO2, también pretende demostrar que el tan cacareado calentamiento global es mentira. Simplemente mentira. Para ello, se vale tanto de la ironía como de datos aislados (muchas veces no representativos del total) que utiliza para sus propósitos. Y eso que el Sr. Antón Uriarte publicó un muy recomendable libro de divulgación sobre la Historia del Clima de la Tierra. Este tercer grupo es el que merece menos comentarios ...

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