viernes, marzo 03, 2006

El equipo se va completando ...


Ayer llegaron a Santiago Ana y Alberto. Y esta vez, no ha habido problemas de overbooking en Iberia ... los ha habido en LanChile, según nos han contado. Como siempre, en todos los sitios cuecen habas!! El equipo de sondeo ya esta casi al completo ... sólo falta que llegue Blas (de Minnesota, USA) y Christian(de Antofagasta, Chile).

Mientras Ana y Alberto se duchaban y dejaban que parte del cansancio del viaje se perdiera por el desagüe de la bañera, me ha llamado por teléfono el agente de aduanas en Santiago. Me ha comentado que la plataforma ya estaba en suelo chileno, y que el personal de la aduana procedía esta misma tarde a la cubicación de todo el material y a la verificación de la lista de material que habíamos previamente enviado a LanChile. Si todo estaba correcto posiblemente la plataforma volaría hacia la Isla de Pascua el viernes o el sábado con nosotros. La cosa parecía encarrilada ... de todas formas, habíamos quedado para vernos personalmente, ya que teníamos la intención de ir al centro histórico de Santiago. Necesitábamos cambiar una fuerte suma de dinero en alguna de las múltiples casa de cambio. También queríamos ver esos lugares de los que tanto nos habían hablado Alberto y Juan José. Además, la oficina del agente de aduanas chileno no quedaba demasiado lejos de donde queríamos ir.

Hemos comido en una de las múltiples terrazas que hay en la zona comercial de Vitacura, el precioso barrio residencial donde esta ubicado nuestro apartamento, y la sobremesa ha sido deliciosa ... hacía sol pero no demasiado calor porque ha ido soplando una ligera brisa muy refrescante todo el dia.

A primera hora de la tarde hemos cogido el autobús 329, que pasa justo en la esquina de nuestro apartamento, y nos ha dejado en pleno centro histórico.

En una de las múltiples casas de cambio de la calle de la Moneda hemos cambiado la fuerte suma de euros por una cantidad de pesos chilenos de vértigo. Otra vez, Armand demostró sus grandes dotes de negociador y, al final, conseguimos un buen cambio .. o al menos eso es lo que yo creo. Como llevar todos los pesos chilenos una sola persona era imposible (por el bulto que hacían tantos billetes juntos) nos los repartimos entre los cuatro como buenos hermanos. Ya teníamos una cuestión importante resuelta.

Ahora convenía resolver la segunda cuestión importante del día: ir a visitar al agente de aduanas y enterarse en primera persona sobre la tramitación temporal de la plataforma de sondeo. Unas cuadras (manzanas) más hacia el este de las casas de cambio está ubicada la oficina del agente. Y hablando personalmente con él, nos dió la impresión que, lo que parecía prácticamente resuelto ayer por la mañana (el envio de la plataforma para el viernes o sábado), ya no lo era tanto ... o sea, que salimos de la oficina del agente sin tener la certeza que pudiésemos disponer de la plataforma para principios de la semana que viene ... esta mañana por la mañana deberíamos saber alguna cosa definitiva ... crucemos los dedos ...

Durante el resto de la tarde estuvimos dando vueltas por Santiago, siempre bajo la genial guía de Alberto ... no hay nada como conocer bien una ciudad para poderle sacar todo su partido ... y Alberto conoce muy bien Santiago: el Palacio de la Moneda (ahora ya he puesto una imagen clara de donde mataron a Salvador Allende), los bulliciosos paseos peatonales de Ahumada, Huérfanos y Estado (la calle Pelayo de Barcelona está completamente vacía en comparación con estas calles), La infernal avenida de La Alameda (donde pasan entre 10 y 15 autobuses a toda velocidad cada segundo con un ruido absolutamente ensordecedor), el espectacular edificio de la Biblioteca Nacional, la preciosa Plaza de Armas (con edificios de arquitectura muy dispar) o las callejuelas con un cierto aire europeo y muy tranquilas, cercanas al Cerro de Santa Lucía ...

Aquí teneis cuatro fotos: Ana, Alberto y Armand enfrente del Palacio de la Moneda, el contrastearquitectónico entre la catedral y un novísimo edicifio del centro financiero en la Plaza de Armas o en la calle Merced, y una casa de factura europea cercana al Cerro de Santa Lucía ...

El día lo acabamos cenando en una preciosa terracita de un restaurante situado en una escondida plaza que Alberto (como no!) conocía ...

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