jueves, julio 27, 2006

primer jarro de agua ... templada

Nos hemos pasado casi toda la semana muestrando como locos el sondeo 03. Al principio, nos comportamos e intentamos que las muestras no se dispersaran demasiado por el laboratorio, pero a partir del miércoles, perdimos la vergüenza (de la que yo personalmente no tengo) y empezamos a arrinconar el material que había encima de los estantes para colocar nuestras muestras. Parecíamos una mancha de aceite: avance lento e inexorable.

Cuando ya teníamos casi todo el sondeo muestreado (sólo nos faltaban 3 secciones para acabar) comenzamos a planear qué sondeo sería nuestra próxima víctima. Al final, decidimos que sería el sondeo 02 (uno de los situados en el litoral del lago, justo en la orilla opuesta a la de la cantera de los moais). Todo decididos nos fuimos Bogusia y yo hacia la cámara frigorífica del instituto donde mantenemos guardados los sondeos a 4 grados Celcius para evitar que se deterioren a buscar todas las secciones. Allí nos dimos cuenta que el sondeo 02 aún estaba en el CMIMA, donde David debía estar midiendo los parámetros físicos de los sondeos. ¡Vaya chasco! ¡Ahora que habíamos encontrado la velocidad de crucero para muestrear los sondeos con eficacia!

En ese momento caí en la cuenta que habíamos empezado la casa por el tejado. ¡Estábamos extrayendo muestras de los sondeos sin haber hecho antes los análisis no destructivos! Tal y como estábamos dejando los sondeos ya no podíamos hacer dichos análisis. ¿Cómo podía ser tan estúpido como para no haberme dado cuenta antes? Me enfadé bastante conmigo mismo. Este era un error de principiante.

La parte de decisión de qué análisis se van a realizar, su secuencia y de la obtención de las muestras para los análisis es la más delicada de realizar y la que necesita de una planificación más detallada y pensada. El principal factor limitante (y el más importante) es el volumen de sedimentos disponible. Los tubos de PVC de los sondeos tienen un diámetro de 6 cm, lo que implica que para cada centímetro de longitud del tubo hay 6 centímetros cúbicos de sedimento. Al principio los 6 cc parecen mucho, pero a pocos análisis que se hagan no son nada. Para complicar más la cosa hay análisis que son destructivos (para determinar el contenido de diatomeas hay que disolver el sedimento) y otros que no lo son (la difracción de rayos x, para establecer que minerales están presentes, no es destructiva y permite recuperar la muestra para otros análisis). Por tanto, hay que pensar muy bien que análisis se van a llevar a cabo y en qué orden, de cara a optimizar al máximo las muestras. Y esta meditación no la habíamos llevado a cabo. Excitados como estábamos, pensando en los grandes retos científicos que teníamos por delante, no mantuvimos la cabeza fría y nos lanzamos sobre los sedimentos cual estudiante sin experiencia.

Llamé a Alberto y le conté mis inquietudes. Me tranquilizó y estuvimos hablando un buen rato. No todo estaba perdido (bueno, no es del todo cierto porque para el sondeo 03 no hay muchas opciones). Decidimos parar el muestreo de los demás sondeos y empezar por los análisis no destructivos en los otros sondeos.

Lo que en principio parecía un jarro de agua fría sobre nuestras cabezas excitadas acabó siendo de agua templada ...

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