domingo, mayo 21, 2006

95 grados de flexión y subiendo ...

El pasado viernes salí muy contento de la sesión de rehabilitación. He conseguido llegar a los 95 grados de flexión. Eso sí: totalmente dolorido. Parece que voy progresando poco a poco, pero voy consiguiendo flexionar cada vez más la rodilla. Ahora los fisioterapeutas han decidido que parece que es más efectiva la máquina de flexión que los ejercicios de 'obligatoriedad' que me aplican ellos ... o de momento, parece que tolero mejor el dolor de la primera forma que de la segunda. Pero el dolor no hay quien me lo quite ...

Ahora ya me atrevo a moverme por casa sin muletas. Ayer hice la prueba y me defendí bastante bien. Necesito espacio a mi alrededor porque no consigo andar derecho si no que voy dando tumbos. Parezco un marinero moviéndome por la cubierta de un barco en plena tempestad o un borracho que ha empinado demasiado el codo. La rodilla respondió bastante mejor de lo que yo me esperaba ... aunque al final del día la tenía totalmente resentida por el esfuerzo y la falta de costumbre de que soportara plenamente el peso de mi cuerpo. Hoy me he levantado aún con dolores, y he decidido moverme con las dos dichosas muletas. Mejor no forzar la rodilla .. no sea que por ir demasiado deprisa la vuelva a fastidiar.

Como cada día, el viernes me pasó a recoger el mini-tullibús. Conforme me fuí aproximando a él, me percaté que, aparte de mi chófer particular, mi James, había alguien más sentado en los asientos del copiloto. Pensé que mi sueño dorado de tener, de poseer, mi conductor privado se había acabado. La persona en cuestión era un señor de avanzada edad. Me sorprendió ver a un señor tan mayor dentro del transporte colectivo y yendo hacia su primera sesión de rehabilitación. No sé porqué asumí que debía aparentar mucha más edad de la que indicaba su físico y que debía trabajar en alguna profesión bastante dura que lo había castigado mucho. Como veis, soy muy peliculero y con una gran imaginación. Entré en el mini-tullibús haciendo las mil cabriolas habituales para poder dejar las muletas, la bolsa de la ropa y acomodarme en el asiento posterior del transporte, y una vez dentro, saludé al señor en cuestión.

Nos pusimos en marcha, y el señor que para mí aparentaba más edad de la que seguro que tenía empezó a preguntarme que me había pasado. Yo se lo conté (ya tengo el discurso muy elaborado y aprendido), y cuando yo le iba a preguntar que le había pasado a él (mera formalidad entre tullidos pero pobre de tí que no la respetes ...), empezó a hablar con el chófer con mucha familiaridad. Yo pensé que con demasiada familiaridad, pero ya se sabe lo que pasa con la gente mayor ... ¿pero entonces, me pregunté, es tiene la edad que aparenta o no? Justo cuando yo estaba sumido en la confusión total, mi James temporal y el señor apararentemente viejo empezaron a hablar del cargamento de flores que llevaban ... ¿cargamento? ¿flores? ¿qué flores? ¡si yo no había visto nada cuando había entrado! entonces me percaté que nunca miro que hay detrás de mi asiento porque suficiente ya tengo con entrar y acomodarme en el tulli-minibús ...

Giré la cabeza para mirar que había detrás de mi asiento, en el espacio normalmente destinado para poder transportar a dos personas sentadas en sillas de ruedas, y descubrí con sorpresa que esa parte del vehículo era un vergel de geranios rojos, rosas y blancos, petunias, y otras plantas en flor. ¿Qué demonios hacían esas plantas allí? ¿Eran para alegrar el trayecto a los que vamos a las sesiones de rehabilitación? ¿El conductor aprovechaba el viaje y llevaba las plantas a la mútua? ¿Y si era así, qué relación había con el señor que aparentaba más edad de la que yo me pensaba que tenía? El transporte colectivo llevando a un señor mayor, a un tullido y un vergel de plantas. La situación era bastante surrealista, la verdad ...

Me daba mucho reparo preguntar a mi James temporal y al señor aparentemente viejo que hacían esas flores detrás del tulli-minibús, así que decidí ignorar la situación y dedicarme a mirar por la ventanilla del transporte. Total, a mí que más me daba lo que hicieran esas flores allí ...

Justo cuando estábamos llegando al centro donde hago la rehabilitación el chófer y el señor empezaron a hablar de lo que harían después de que me dejaran en mi destino. En ese momento lo entendí todo: el señor aparentemente mayor era realmente mayor ya que era el padre de mi chófer y se dedicaba a vender plantas. Cuando me hubieran dejado en el centro de rehabilitación llevarían el encargo de flores que llevaban a su destinatario, y después volverían a por mí.

Cuando acabé la sesión de rehabilitación volví al tulli-minibús para que me llevase a casa. El señor realmente mayor y el cargamento de flores de la parte posterior del vehículo habían desaparecido, y en su lugar, había otras flores diferentes a las primeras puestas a los pies del asiento del copiloto. Supuse que el conductor debía transportar un segundo encargo a otro destinatario ... llegué a la conclusión que el conductor del tulli-minibús debe aprovechar el transporte colectivo para sacarse un dinerillo extra transportando flores para su padre ... o igual sólo lo hace como un favor y no recibe nada a cambio ... no se. Prefiero no imaginarme nada más ...

De todas formas, si el transporte de flores se continúa repitiendo igual le digo que me venda un par de plantas ... igual me hace un buen precio ...

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